Aproximadamente
a la 1.00 de esta tarde el abogado y exjubilado de la antigua PTJ
Eduardo Andrade (65) fue asesinado de más de 30 balazos en la avenida
principal de la Zona Industrial de San Francisco, frente a la empresa
petrolera Baker Hughes.
Las primeras investigaciones indican que Andrade salió en horas de la mañana de su casa, ubicada en la urbanización San Francisco, para efectuar varias diligencias, y sus familiares no supieron más nada de él hasta que les avisaron que había sido asesinado.
Las primeras investigaciones indican que Andrade salió en horas de la mañana de su casa, ubicada en la urbanización San Francisco, para efectuar varias diligencias, y sus familiares no supieron más nada de él hasta que les avisaron que había sido asesinado.
De acuerdo a los efectivos policiales,
la víctima conducía su camioneta marrón F150, placas 608IAB, cuando fue
interceptado por varios hombres quienes, al parecer, se desplazaban en
un auto. En segundos, los sicarios realizaron varias ráfagas de disparos
y emprendieron la huída.
Andrade, moribundo, logró conducir unos 20 metros más hasta que se estrelló contra un poste. Ahí murió.
En el sitio del tiroteo se observaron más de 30 casquillos de balas.
En el sitio del tiroteo se observaron más de 30 casquillos de balas.
A la escena del crimen llegaron
funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y de la Policía
Científica. Mientras ellos recababan las pruebas necesarias, algunos
familiares de Andrade lloraban sin consuelo alguno.
Entre lágrimas, una de sus hijas
mencionó que Andrade llevaba varios casos legales, pero desconoce si
guardan relación con el homicidio.
Un efectivo de la GNB comentó que un
pariente del profesional del Derecho había preguntado si éste “no
llevaba el chaleco”, por lo que presume que el hoy occiso solía usar un
chaleco antibalas.
Andrade fue funcionario de la PTJ
durante 14 años, quien se jubiló a finales de los ‘80. En 2010 egresó
como abogado de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), profesión
que practicó hasta la actualidad.
El ahora fallecido dejó seis hijos, tres mayores de su primer matrimonio, y tres menores de su segunda relación sentimental.
Por las características del suceso, hasta ahora la Policía Científica maneja el sicariato como móvil del hecho.
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